OPUS MAGNUM. Cuaderno de notas de José Rodríguez-Guerrero |
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Librerías de Madrid.
Este ha sido un fin de semana muy movido.
Desde el viernes estuvo aquí mi amiga Estefanía. ¡Se portó muy bien
conmigo en Londres, así que no podía ser un mal anfitrión! El
Ayuntamiento de Madrid ha traído a varias personas como ella para
explicarles un plan de urbanismo, que consiste en hacer del eje Pez-Luna una especie de “Soho”
madrileño. No sé yo cómo va a acabar el proyecto, pero al menos han
comprado y cerrado casi todos los puticlubs que inundaban la zona. Yo
he andado mucho por esa parte de Madrid, atravesada por las correderías
de San Pablo. Todavía voy algunas veces a tomar una copa con los amigos
por Malasaña. Si lo visitas por el día puedes encontrar muchas tiendas
raras e interesantes. Algunas ni siquera dan a la calle. Están en pisos
y sus actividades vienen en placas colocadas en los portales. Hace años
había allí un especie de bazar de antigüedades, regentado por dos
jóvenes, Juan y “Celes”, a los que les gustaba buscar instrumental
científico. Tenían gustos más raros que los míos, que ya es decir. No
creo que haga falta explicar lo que les compraba. El lugar era una chapuza curiosa,
con un murciélago pintado en la puerta. Siempre que entraba me metía con
ellos, porque todavía me pregunto: ¿qué tiene que ver un murciélago con
antiguedades de ciencia? Cerraron hace casi diez años, cuando Juan
falleció en accidente de tráfico. “Celes” trabaja hoy con un
reconocido anticuario madrileño. * ¿Quieres hacer un comentario a esta noticia? Envía un correo con tu comentario y el nombre de la noticia en el campo de “Asunto”. Comentarios (0)
Amoureux de science.
El pasado fin de semana estuve comiendo en
Casa Ananías con Miguel López y Mar Rey. Es un placer charlar con ellos,
porque siempre aprendo cosas nuevas. Aproveché para preguntarles varias
dudas sobre algunos manuscritos que he encontrado en la Biblioteca
Nacional y cuyos autores me eran desconocidos. También surgieron nuevas
propuestas, como la posibilidad de organizar una sociedad española de
historia de la alquimia y temas afines. * ¿Quieres hacer un comentario a esta noticia? Envía un correo con tu comentario y el nombre de la noticia en el campo de “Asunto”. Comentarios (1)
* Comentario de
Mar Rey Bueno
|12.4.08|:
Querido José, Has conseguido abrumarme con tus espléndidos comentarios.
Sabes que nuestra admiración es recíproca. Es más, cuando leo tus
trabajos en Azogue me siento una aficionada. Nadie como tú domina
las fuentes primarias y secundarias con tal maestría. Cualquiera que no
conozca tu método de trabajo consideraría que tienes una varita de
zahorí, capaz de sacar manuscritos y textos centenarios de los lugares
más insospechados. La realidad, por supuesto, es otra. Nada tiene que
ver con magias o hechizos; más bien se relaciona con la búsqueda
sistemática de datos en todas las bibliotecas y archivos que se ponen a
tiro de tu trabajo investigador.
The Times y los tiempos que corren en
España. Alfonso me invitó anteayer al concierto que dio en La Riviera su grupo “brit” favorito: The Editors. Estuvo bien, es una banda muy interesante. Hago este comentario porque, a eso de las once de la noche, mientras se marcaban un espectacular cover del Lullaby de The Cure, me llamó Miguel López para darme una gran noticia. Entre voces y confusión me enteré de que el Times Literary Supplement está muy interesado en la conferencia internacional que Miguel organiza en San Lorenzo de El Escorial. Uno de sus editores quiere hacer un “advert” para todos sus lectores. ¡Sin duda servirá para darle bastante publicidad! Estamos hablando del suplemento cultural más importante del mundo, con una tirada de más de cien mil ejemplares semanales. Además, el 88% de sus subscriptores tiene formación universitaria y un 36% están doctorados en sus respectivas ramas. Personalmente no me ha chocado la noticia porque, por las opiniones que he ido pulsando, la espectación a nivel internacional (sobre todo en USA y UK) está siendo notable. No es para menos, pues se trata del mayor evento jamás organizado sobre historia de la alquimia, y uno de los mayores de los últimos años sobre historia de la ciencia medieval y moderna. No se lo he dicho a Miguel, aunque tal vez lo lea aquí... y siento no ser diplomático, pero tengo que escribir lo que pienso: lo que sí que me habría sorprendido es que se hubiera interesado algún diario español de tirada nacional, o alguna institución española de peso como la Comunidad de Madrid o el Ministerio de Cultura. Esta misma mañana me he enterado de que la Sociedad Española de Historia de las Ciencias y de las Técnicas ha puesto su X congreso (el anterior fue en 2005) en las mismas fechas que el del San Lorenzo de El Escorial. ¡No tenían otros cinco días libres en tres años! De verdad que, mientras tecleo, me parto de risa; porque encima no lo hacen a propósito, sino que no tienen ni idea de lo que se cuece por ahí. Ellos a su aire... ¡alucinante! En otro orden de cosas, me llamó hace unas semanas un estudiante de la Universidad de Salamanca llamado Iván Elvira. Quiere hacer una tesis de doctorado sobre algún aspecto de la filosofía hermética. Le he planteado cómo está el tema en España y sus futuras salidas profesionales (o sea, ninguna). No sé de qué manera se lo habrá tomado, pero yo me habría hecho cruces nada más colgar el teléfono. Lo más sensato sería proyectar su trabajo a nivel internacional. Yo le he animado a contactar con especialistas solventes en materia de hermetismo, como Paolo Lucentini o Vittoria Perrone Compagni, para que le orienten de manera adecuada. Iván parece tener muchas ganas de lidiar con el hermetismo. Sin duda, tiene por delante una ardua tarea. Hacer una buena tesis en España sobre este tema se me antoja un “trabajo de hércules”. Pero está claro que el que algo quiere algo le cuesta. De momento, y como él es una rara avis en el panorama universitario español, me ha parecido interesante que elabore un weblog, donde poder poder dejar sus impresiones personales, las ideas que le surjan cada día, sus aventuras y desventuras intentando llevar adelante su proyecto. Además, también le servirá para ir liberando sus ideas y contactar con más gente interesada en este asunto. * ¿Quieres hacer un comentario a esta noticia? Envía un correo con tu comentario y el nombre de la noticia en el campo de “Asunto”. Comentarios (1)
* Comentario de
Miguel López Pérez
|9.4.08|:
Hola, José. Me lo he leído todo, todo. Buena y agradable iniciativa.
Frente a los tropezones que algunos parecen poner, he descubierto un
remedio infalible. Es el de “pasear y alquimia”. Te explico. Ayer por la
tarde fui a San Lorenzo de El Escorial a las cinco. En la puerta del
colegio “Alfonso XII” me esperaba Agustín Fernández. Ya sabes, uno de
los pocos que lee latín directamente y que se ha leído todos los textos
de Alquimia de la Biblioteca del Monasterio. Teníamos cita con el
Director del Colegio, quien nos enseñó las habitaciones que podríamos
usar para el Congreso. Fue algo espectacular Están mirando al patio
interior, a la altura de las cuatro figuras de arriba. Se ven tan
cercanas que puedes tocarlas. El techo está inclinado, porque es la
última planta de ese enorme edificio. Todo en silencio. Por cierto, el
Director es encantador y tenemos todas las facilidades del mundo.
Incluso podríamos dar a alguien el gustazo de dormir en una celda
monástica: una experiencia impresionante. También nos acompañó mi amigo
Quique (quien me introdujo el gusano de todo esto hará xx años), y en el
fondo, el culpable original del Congreso. Los tres, ya solos, y con las
llaves que nos dejaron, visitamos el pequeño museo de Historia Natural
que se enseñará en el Congreso. Es un gabinete de naturalia exquisito,
que se lleva haciendo siglos. Hasta el punto de que hay, por ejemplo,
dos mandíbulas de cachalote que le regalaron a Felipe II y que pescaron
en aguas de Gibraltar. Eso por no hablar de animales extinguidos y
minerales rarísimos. Todo un lujo, José, que ya disfrutaremos.
Contextualización. Esta semana he estado leyendo varias cosas, entre ellas el último número de la revista Early Science and Medicine (Vol XIII, nº I, 2008). Hay un artículo muy interesante de Chiara Crisciani, titulado Opus and sermo: The Relationship between Alchemy and Prophecy (12th-14th Centuries). La profesora Crisciani perfila muy bien la definición medieval del alquimista a modo de “profeta”, que aparece ya en el mito árabe de Hermes Trismegistos. Su comentario se centra en fuentes Occidentales, sobre todo en las primeras traducciones al latín (Liber de Compositione Alchemiæ, Septem tractatus seu capitula Hermetis trimegisti, Turba philosophorum, etc.), y continúa con plumas propiamente europeas como Constantino de Pisa, Bonaventura de Iseo, Pietro Bono, el magister testamentum y el tratado seudo-Arnaldiano Exempla in artem philosophorum. El estudio es una introducción al tema y deja para otra ocasión los casos más complejos, como Johannes de Rupescissa, Guglielmo Fabri, Giovanni Mercurio da Correggio o el célebre Buch der Heiligen Dreifaltigkeit. El artículo me ha gustado mucho, porque la autora aclara muy bien el significado del término “profeta” en la Europa medieval, tanto a nivel social como en otro más erudito, presente desde Casiodoro o Gregorio el Grande, hasta Alberto Magno. El profeta no era un adivino, o un vaticinador, sino un hombre que, fruto de su entrega total a Dios, recibe el don de descubrir, tanto en las Escrituras como en la naturaleza misma, las cosas ocultas para el resto del vulgo. El texto profético era, por tanto, aquel que contenía un conocimiento adquirido por inspiración de Dios, fruto de un proceso personal de observación, examen, meditación, gracia divina, percepción de lo oculto, comprensión y finalmente comunicación de lo aprendido. Podemos hablar así de una especie de filosofía natural iluminada por Dios. La contextualización que Crisciani hace del término “prophetizare” es un ejemplo perfecto del modo empleado hoy para estudiar los textos alquímicos dentro del campo histórico-crítico. El lector debe tener siempre presente que los autores del pasado, desde los tardo antiguos hasta los renacentistas, tienen unos evidentes fundamentos filosóficos y metafísicos, que sólo pueden comprenderse si se estudian según los cuadros cosmológicos, ideológicos y sociales de su época. La descontextualización es el mayor vicio en la interpretación de las obras alquímicas. La mayoría de los aficionados a este tipo de literatura a un nivel extraacadémico, incluso a veces a nivel académico (sobre todo en numerosos casos que he visto en España), suelen tener un enfoque ahistórico, que redunda bien en una estupefacción del lector (que no comprende las sentencias, las analogías, los símbolos, etc.), o bien en la realización de comentarios sui géneris, donde los conceptos originales son reinterpretados por cada analista si más criterio que su intuición personal. Las palabras de los tratados alquímicos son así alteradas, reorientadas y embutidas en todo tipo de moldes, sin que las aclaraciones finales tengan nada que ver con las ideas originales del alquimista a estudiar. Si, por ejemplo, queremos entender un tratado como el Testamentum seudo-Luliano, lo primero que debemos hacer es situar a su autor en el tiempo y conocer en qué entorno intelectual se movió. Gracias a la edición crítica de esta obra, realizada por Michela Pereira en 1999, sabemos que fue redactada en el primer tercio del siglo XIV, por un alquimista originario de la región de Languedoc-Rosellón. Los conceptos manejados por el magister testamentum (substancia, materia prima, virtud celeste, temperamento, forma, untuosidad, mixtura, húmedo radical, decocción, complexión, acto, digestión, corrupción, generación, etc.) se nutren del aristotelismo medieval, tanto del más filosófico (Alberto Magno, Tomás de Aquino, etc.), como del aristotelismo científico (esencialmente el canon de la facultad de medicina de Montpellier establecido en 1309, con Avicena, donde la filosofía aristotélica se funde con elementos neoplatónicos, Galeno, Rasís, Hipócrates y Arnaldo de Vilanova). Los recientes trabajos de investigadores plenamente especializados en la historia de la alquimia, como Cristina Viano, Paola Carusi, Barbara Obrist, Didier Kahn, Antoine Calvet, William Newman, Antonio Clericuzio, Hiro Hirai, Sylvain Marron, Robert Halleux, Pinella Travaglia o Joachim Telle, evidencian que los alquimistas elaboraron unos discursos marcados por una tensión dialéctica entre la práctica del laboratorio y la teoría, esta última basada en los modelos filosóficos imperantes en cada época. El mismo artículo de Crisciani, que aquí estoy comentando, afirma en su introducción: “Uno de los resultados más útiles obtenido en las últimas décadas por el trabajo de investigación, ha consistido en mostrar que la alquimia no tiene siempre las mismas características, independientemente de su entorno cultural, como si fuera la expresión de una verdad intemporal, según es retratada por la interpretación esotericista. Por el contrario, es patente su gran diversidad, sus muy significativas variaciones, y en muchos momentos sus radicales cambios en sus patrones teóricos”. * ¿Quieres hacer un comentario a esta noticia? Envía un correo con tu comentario y el nombre de la noticia en el campo de “Asunto”. Comentarios (0)
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Acerca de este weblog
Opus magnus es
el nombre que he elegido para encabezar un pequeño cuaderno de notas,
cuyos contenidos están relacionados con el día a día de mi afición a la
alquimia. Incluiré en él una serie de comentarios, redactados todos en un
tono informal, que no tendrían cabida, ni sentido, en un texto
académico. Dicta philosophorum “Hijo, mira bien cómo obra la Naturaleza, para que puedas imitarla con industria y seguir sus pasos en cuanto sea posible, y en lo que no es viable imitarla, suplirlo por intelectual ingenio, pero siempre respetándola”.
Seudo-Ramón Llull (1332). Archivo 2008 Mis Páginas Favoritas
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Alchemy Web Site Sobre el autor Una de mis grandes aficiones es el estudio de los textos alquímicos. En relación a este asunto, me encargo de editar la revista Azogue, y de formar una pequeña biblioteca que pueda servir a otras personas interesadas en la misma materia.
Datos
del autor (en inglés).
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